Opinión - 4 de noviembre de 2021
Escrito por Bertrand Piccard 2 min lectura
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Ayer se habló de grandes cantidades en Glasgow. Con cifras para marear: la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, estimó que la transición mundial hacia la neutralidad del carbono costaría entre 100 y 150 billones de dólares (una cifra de 15 dígitos). También se ha hablado mucho de la "prima verde", es decir, del diferencial de precio entre las soluciones limpias y las técnicas contaminantes actuales. La transición hacia un mundo sostenible se presenta así como complicada, costosa y financieramente arriesgada.
Yo veo las cosas de una manera completamente diferente.
Ya hay soluciones en el mercado para desarrollar la eficiencia, recuperar los residuos o producir energía verde, que ya son rentables y competitivas. Por tanto, es absurdo hablar de riesgo económico y de "prima verde". Al igual que es absurdo repetir que la transición energética representa un coste (es decir, dinero que perdemos) cuando es una inversión (dinero que se rentabiliza).
Además, otros agentes del mercado lo han entendido muy bien, y el mundo financiero empieza a entusiasmarse con esta transición ecológica, como demuestran la multitud de seminarios organizados sobre este tema en Glasgow. Cuando se habla de trillones como si se tratara de vaciar las arcas, nos equivocamos. Porque los billones ya están ahí, disponibles en los mercados, en particular invertidos en combustibles fósiles. Sólo se trata de sacarlos de las industrias que no tienen futuro para reorientarlos hacia oportunidades más prometedoras y sostenibles.
No se trata sólo del dinero de los bancos y de los inversores privados. En lugar de invertir en el sector inmobiliario -y hacer subir constantemente los precios con el riesgo de alimentar una burbuja especulativa- o de volver a apostar por bonos con rendimientos decepcionantes, los fondos de pensiones tendrán todas las ventajas de invertir en el futuro energético. Pretender que estas inversiones sean arriesgadas es una mala excusa. Ciertamente, existe un riesgo al invertir en la captura de carbono o en la fusión nuclear, que son técnicas aún no del todo desarrolladas, pero no lo hay con la producción de energías renovables, la eficiencia energética y la recuperación de residuos, que ya son sectores rentables hoy en día.
Además, más adelante, en sus declaraciones sobre los billones de dólares de la transición, la Secretaria del Tesoro reconoció, sin embargo, que la lucha contra el cambio climático es "la mayor oportunidad económica de nuestro tiempo". En mi opinión, esta es la parte que hay que recordar de su discurso, para crear un movimiento alentador y realista.
Este artículo de opinión se publicó por primera vez en La Tribune y en el diario suizo Le Temps.Escrito por Bertrand Piccard en 4 de noviembre de 2021