1000 Soluciones - 7 de marzo de 2019

K-Ryole, un remolque eléctrico inteligente para realizar entregas limpias y eficientes en el último tramo

bicicleta k-ryole

Escrito por Tristan Lebleu

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El comercio electrónico forma ya parte de nuestra vida cotidiana. Compramos prácticamente cualquier cosa en cuestión de segundos con un simple clic, y esperamos que las compras lleguen a nuestra puerta en pocos días. Pero ¿sabe que este hábito tan cómodo tiene importantes consecuencias, tanto para las ciudades como para el medio ambiente?



En efecto, para que los productos lleguen con éxito a tu casa, hay que poner en marcha toda una cadena logística que suele incluir barcos, aviones, camiones y furgonetas. La última parte de la entrega, desde los centros de distribución hasta el destino final del paquete, se conoce como "entrega de última milla" y es uno de los principales responsables de las emisiones de carbono. En un estudio reciente del Centro de Investigación Logística de la Universidad Heriot-Watt, cada paquete entregado supone 181g de CO2. El problema es bastante importante, ya que sólo en Europa se entregan aproximadamente 5.000 millones de paquetes en las ciudades cada año. Los gases de efecto invernadero no son el único problema. Las entregas en las ciudades también causan problemas como la congestión del tráfico, que a su vez provoca contaminación acústica. Con el rápido aumento de las compras en línea, es probable que estos problemas aumenten.

Gilles Vallier y Nicolas Duvaut inventaron K-Ryole para ofrecer una alternativa limpia y rentable a las entregas de última milla. En realidad, empezó como una cuestión de comodidad personal, más que para resolver uno de los mayores problemas de la logística. Cuando los dos amigos decidieron salir de Francia para hacer un viaje en bicicleta por América, querían una forma de transportar su equipaje sin esfuerzo. Así nació la idea de K-Ryole.

Este "remolque eléctrico inteligente", como lo llaman los dos ingenieros, puede acoplarse a cualquier tipo de bicicleta. Se compone de dos motores en las ruedas y un sensor en la barra de remolque del remolque. La gran innovación de K-Ryole reside en su sensor integrado, que siente cuando el ciclista pedalea, y acelera en consecuencia, y siente la compresión cuando el ciclista frena y desacelera en consecuencia. El resultado es bastante sorprendente: los usuarios de K-Ryole pueden llevar una carga de hasta 250 kg sin sentir ningún peso detrás.

El objetivo de los cofundadores de K-Ryole es hacer que las entregas de última milla se realicen sin esfuerzo y de forma totalmente limpia.

Perfectamente adaptado a la anchura de los carriles bici, que están apareciendo por todas las ciudades europeas, el remolque eléctrico inteligente ya ha convencido a grandes minoristas, servicios postales, supermercados y empresas de reparto. El Ayuntamiento de París está utilizando incluso remolques K-Ryole sin bicicleta para que los trabajadores puedan trasladar herramientas y objetos pesados sin hacer ningún esfuerzo.

Al sustituir sus contaminantes furgonetas por remolques eléctricos inteligentes, las empresas no sólo actúan de forma responsable con el planeta y las ciudades, sino que obtienen un beneficio considerable. Ahorran dinero en gastos de combustible y pasan mucho menos tiempo en el tráfico. K-Ryole es el ejemplo perfecto de una filosofía de creación de valor compartido, y una elección obvia para el Sello de Solución Eficiente de Solar Impulse.

Escrito por Tristan Lebleu en 7 de marzo de 2019

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