La pepita del clima - 7 de febrero de 2019

Es hora de que la moda se fije objetivos medioambientales audaces

pepita de oro del clima

Escrito por Chiara Cosenza

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La industria está siendo señalada como una de las principales fuentes de contaminación en el mundo. Los materiales, los procesos, una cadena de valor cambiante y no rastreable, sumados a nuestro propio comportamiento de consumo son el origen de un problema masivo.

Hay que establecer objetivos audaces de sostenibilidad para transformar la industria. Las cosas ya están empezando a moverse y las primeras hojas de ruta a escala industrial para alcanzar esos objetivos están en marcha.


¿Por qué contamina la moda?

En primer lugar, por nuestros comportamientos de producción y consumo.


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En las últimas décadas, las prendas se han convertido en un artículo de usar y tirar en nuestros armarios: la calidad de la ropa que compramos ha disminuido, hemos perdido la destreza y nos falta tiempo para arreglar las prendas dañadas y las marcas nos han convencido de la necesidad de comprar las nuevas tendencias cada temporada.

En los últimos 30 años, "Moda rápida", la ropa barata producida rápidamente por minoristas de masas como H&M y Zara, ha transformado toda la industria. Nos ha dado la posibilidad de comprar a menudo ropa nueva por poco dinero, pero también ha influido en el resto de las marcas de moda, obligándolas a adaptarse para seguir el ritmo de la nueva industria.

Más recientemente, una nueva tendencia se ha apoderado de la industria: compras online y devoluciones gratuitas.

La posibilidad de comprar mucha ropa y devolverla sin complicaciones ni costes adicionales ha sido ampliamente adoptada por los consumidores. Sin embargo, las cadenas de valor de las marcas no están totalmente preparadas para hacer frente a este flujo de entrada de productos, que a menudo acaban siendo desechados. Según un estudio reciente, en Estados Unidos, El 40% de las compras de ropa online se devuelven.

Es difícil evaluar el coste medioambiental de la devolución de ropa, pero podemos deducir que el coste es importante. En Estados Unidos, el transporte superó a las centrales eléctricas como principal productor de emisiones de dióxido de carbono. Una cuarta parte de esta huella proviene de los camiones que hacen entregas de última milla, mientras que antes sólo tenían que entregar en un lugar principal (un centro comercial, un centro de compras, etc.).

Pero las cosas están cambiando. El incidente del derrumbe de la fábrica Rana Plaza, en el que murieron 1.138 personas y muchas más resultaron heridas en 2013, fue un momento crucial para la industria de la moda, que hizo brillar una movimiento social que anima a millones de personas a preguntar a las marcas #whomademyclothesy exigen una mayor transparencia en la cadena de suministro de la moda.

Se pide transparencia tanto por el coste humano como por la huella sostenible de los artículos que compramos. Las búsquedas en Google del término "marcas de moda sostenible" aumentaron un 25% de 2017 a 2018. Documentales como "The true cost" (2015) han tenido un gran impacto en la generación de conciencia del consumidor.

Las menciones a "marcas de moda sostenible" en los medios de comunicación de moda han aumentado un 83% entre 2017 y 2018, y hasta un 267% desde 2016, según un informe reciente de Rank and Style.

Compradores con conciencia socialestán optando por comprar a marcas independientes y sostenibles que encuentran en Internet o a través de plataformas especializadas como Etsy.

Plataformas de alquiler de ropa entre paresEn este sentido, han surgido empresas como Rent the Runway, Village Luxe y Designerex, que se esfuerzan por conseguirlo. Esta tendencia también está influyendo en el mercado del lujo : en 2018 hubo un aumento del mercado de alquiler y reventa de lujo. Las plataformas de reventa, como The Real Real, una plataforma online de consignación de lujo en Estados Unidos, permiten a los consumidores consumir menos (reutilizando productos) a la vez que pueden renovar su armario.

No obstante, Los residuos siguen siendo un gran problema. Nuestro actual modelo de consumo genera un camión de basura de productos textiles cada segundo, según la Fundación Ellen McArthur. Mientras que en la Cumbre de la Moda de Copenhague se constató que la moda es responsable de 92 millones de toneladas de residuos sólidos arrojados a los vertederos cada año.

Pero el futuro no es todo pesimismo, las marcas están transformando sus cadenas de valor y los gobiernos están creando fondos para impulsar una industria de la moda limpia y circular.

Los materiales que utilizamos para confeccionar nuestra ropa, son otra causa de contaminación de esta industria.

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Otro problema de la industria está relacionado con los materiales que utilizamos para confeccionar las prendas:

El poliéster es uno de los materiales más utilizados para hacer nuestra ropa.

En los últimos 20 años, la demanda de materiales sintéticos ha crecido más rápido que la de los orgánicos, como el algodón, la lana, el lino y otras fibras. La tendencia no se frena: para 2030 se espera que los sintéticos representen el 75% de la producción mundial de fibras para la confección.

El precio es la principal razón del uso de sintéticos: las marcas necesitan utilizar materiales que tengan una sensación natural por un precio que los consumidores estén dispuestos a gastar. Una mezcla de poliéster y algodón es más barata que el algodón y la mayoría de nosotros encontramos la sensación muy similar a las fibras orgánicas.

¿El problema? Cuando la ropa de poliéster se lava, desprende microfibrasLos residuos de la industria de la moda, que son tan diminutos que atraviesan las plantas de tratamiento de aguas residuales y terminan en los cursos de agua y los océanos. Estos materiales entran en la cadena de valor alimentaria poniendo en peligro la vida acuática, mientras que su impacto total en los seres humanos aún no está bien determinado.

Se están estudiando soluciones a las microfibras contaminantes de los tejidos sintéticos. Por ejemplo, Textile Mission es un estudio patrocinado por marcas textiles y el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania, cuyo objetivo es reducir el desprendimiento de micropartículas de plástico.

Mientras tanto, marcas como H&M e Inditex (Zara) han incrementado su uso de algodón orgánico (que sigue siendo sólo menos del 1% del consumo anual de algodón en el mundo).

Otra opción para ser más sostenible es reducir el uso de recursos vírgenes y sustituirlos por otros reciclados. Por ejemplo, Patagonia es la primera empresa de ropa outdoor que fabrica vellón de poliéster con botellas de plástico. El año pasado también redujeron su oferta de camisetas a sólo dos opciones: 100% algodón orgánico, y una mezcla de algodón reciclado y poliéster reciclado.

Otras grandes marcas también están adaptando sus modelos de producción. Nike, H&M, Burberry y Gap se han adherido recientemente a la iniciativa Make Fashion Circular.

El uso extensivo de productos químicos es también una razón importante para explicar la contaminación generada por la industria de la moda.

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Se necesita 1 kg de productos químicos para producir 1 kg de textiles.

Los productos químicos tóxicos se utilizan en toda la cadena de valor de la ropa. Se utilizan para el cultivo del algodón, pero también durante la producción de la fibra, el teñido, el blanqueo y el procesamiento en húmedo de cada prenda.

Por último, pero no por ello menos importante : la moda tiene un gran peso en las emisiones de CO2.

Según un estudio de 2018, se estima que las industrias mundiales de la confección y el calzado representan el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.

Por último, pero no menos importante, la moda es una fuente de contaminación del agua y de consumo masivo.

Los cultivos de algodón y algodón orgánico requieren mucha agua para crecer y suelen cultivarse en regiones secas y cálidas. El agua dulce también se utiliza de forma intensiva para el proceso de teñido y acabado del tejido.

Los fertilizantes utilizados en la agricultura del algodón acaban contaminando las tierras y, en los países en los que la normativa medioambiental es menos estricta, se vierten a los ríos enormes cantidades de aguas residuales, contaminadas por productos químicos tóxicos.

Pero las cosas están empezando a cambiar. Empujados por la demanda de los consumidores, las marcas, los diseñadores, las empresas de logística, las ONG y los gobiernos se están sumando masivamente al movimiento de la sostenibilidad para transformar la industria y reducir su huella medioambiental.

Durante la última Cumbre del Clima de la ONU en Katowice (COP24) en diciembre de 2018, las principales marcas de moda y textiles se comprometieron a trabajar junto con la CMNUCC, a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% para 2030 mediante la firma de la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática.

Además de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, los firmantes también se han comprometido a utilizar materiales de bajo impacto, así como a cuantificar, seguir e informar públicamente de sus emisiones. la industria de la moda se está dando cuenta de que reducir su impacto es una necesidad, no una opción.

Las ciudades y los gobiernos también están presionando por una industria de la moda limpia. Por ejemplo, en enero de 2019, París anunció su intención de convertirse en la "Capital Sostenible de la Moda" para 2024 (año de los Juegos Olímpicos de París). El proyecto se denomina "París Buena Moda", y reunirá a las partes interesadas del gobierno y de la industria de la moda que trabajarán juntas para establecer una hoja de ruta para convertir a París en la capital sostenible de la moda.

¿Qué pueden hacer los consumidores?

2019 podría ser el año en el que la transformación de la industria de la moda en su conjunto se haga realidad. Pero, mientras tanto, ¿qué puede hacer usted como consumidor para reducir su huella sostenible y premiar a las marcas sostenibles?

En primer lugar, ser un cliente informado:

  • Elija fibras orgánicas
  • Elija marcas sostenibles
  • Lavar la ropa nueva antes de usarla por primera vez
  • Busque prendas con etiqueta de certificación que controle el contenido químico, como OEKO-TEX®, GOTS o BLUESIGN®.

En segundo lugar, cuando compre por Internet

  • Conoce tu talla
  • Agrupa tus paquetes
  • Compre menos prendas

Tercero - al lavar productos de poliéster:

  • Lava menos
  • Llene su lavadora al máximo: al lavar una carga completa se produce menos fricción entre las prendas y, por tanto, se desprenden menos fibras.
  • Utilice detergente líquido en lugar de en polvo: la función de "fregado" de los granos del polvo hace que las fibras de la ropa se suelten más que con el líquido.
  • Evitar el uso de detergentes con un pH elevado y agentes oxidantes
  • Lavar a baja temperatura: cuando la ropa se lava a alta temperatura, algunos tejidos se dañan, lo que provoca el desprendimiento de fibras.
  • Evitar los lavados largos: los lavados prolongados provocan una mayor fricción entre los tejidos, lo que supone un mayor desgarro de las fibras.
  • Centrifugar la ropa a bajas revoluciones: las revoluciones más altas aumentan la fricción entre los tejidos, lo que supone una mayor probabilidad de desprendimiento de las fibras.
  • Cuando limpies la secadora, no tires las pelusas por el desagüe, tíralas a la basura
  • Evita comprar ropa sintética y busca lana, algodón, lino, seda, cachemira u otros tejidos naturales.


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Escrito por Chiara Cosenza en 7 de febrero de 2019

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