Noticias - 27 de noviembre de 2024

Por qué los suizos acaban de decir no a la ampliación de sus autopistas

Escrito por Bertrand Piccard 2 min lectura

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Inicialmente, el objetivo era resolver el problema de los atascos añadiendo más carriles a determinados tramos de autopista. Sin embargo, una decisión en las urnas tomó una dirección diferente. Analicemos esta decisión desde la óptica de la calidad frente a la cantidad, de la eficacia frente al despilfarro.

¿Por qué hay atascos en las carreteras? No es simplemente porque las carreteras sean demasiado estrechas, sino sobre todo porque hay demasiados vehículos. Numerosos estudios han analizado esta cuestión. Mientras el tráfico fluye sin problemas, la gente tiende a utilizar el coche. Cuando las carreteras se congestionan, la mayoría recurre a medios de transporte alternativos. El punto de inflexión se sitúa en torno a un equilibrio en el que hay aproximadamente un 10% de vehículos de más. Este exceso crea congestión, alargando los tiempos de viaje pero sin hacerlos imposibles. La ampliación de las carreteras no hace sino retrasar el problema, provocando a medio plazo una congestión aún mayor.

Así pues, pensemos de otra manera. El verdadero objetivo es ese 10% de vehículos, haciendo el tráfico más eficiente, racionalizando nuestros desplazamientos sin multiplicar los carriles. Soluciones no faltan. Por ejemplo, aumentar el índice medio de ocupación de los vehículos de 1,1 personas por coche a 1,25 reduciría el número de vehículos exactamente un 10%. Existen aplicaciones para optimizar el tráfico, ayudar a elegir las horas de menos tráfico, combinar el transporte individual con el público o fomentar el trabajo a distancia. Estas medidas nos hacen más eficientes, ahorran tiempo, protegen el medio ambiente y evitan los miles de millones que habría costado la ampliación de las carreteras.

Este voto popular trasciende la cuestión de las infraestructuras: es una reacción madura, un compromiso lógico. Los ciudadanos se opusieron a la ampliación de las autopistas no para aumentar la congestión, ¡sino para reducirla! En lugar de sucumbir a la facilidad de verter más hormigón, parece que optaron por replantearse sus modos de transporte. Esta decisión afirma que nuestro futuro exige soluciones más inteligentes y sostenibles que se ajusten a los retos medioambientales de nuestro siglo.

Rechazar la expansión significa rechazar las soluciones de ayer. Es una afirmación de que el progreso no consiste en la expansión sino en la optimización-eficiencia, un valor tan apreciado por todo el equipo de la Fundación Solar Impulse. La eficiencia, lejos de ser una restricción, se convierte en una oportunidad para transformar nuestros límites en palancas: mejor calidad de vida, reducción de residuos, movilidad más fluida y limpia. No se trata sólo de una cuestión medioambiental; es puro pragmatismo económico. Cada año, la eficiencia podría generar billones de dólares de ahorro mundial. Imaginemos lo que podríamos conseguir reinvirtiendo ese dinero de forma inteligente.

Este debate va más allá de las fronteras suizas. Forma parte de un contexto mundial en el que se insta a todos los países a reinventar sus infraestructuras para hacer frente a los retos climáticos. La eficiencia, la sostenibilidad y la innovación ya no son aspiraciones: son las puntas de lanza de los debates internacionales, desde la COP29 hasta las iniciativas locales de transición energética. Negarse a seguir construyendo infraestructuras obsoletas envía una señal clara: tenemos que optimizar lo que ya tenemos, y nuestros objetivos de eficiencia deben guiar nuestras decisiones.

Con más de 1.600 soluciones etiquetadas por la Solar Impulse Foundation, tenemos la prueba de que hacer más con menos no sólo es deseable, sino que ya es factible. Estas soluciones están listas para mejorar nuestra calidad de vida sin sacrificar el medio ambiente, gracias a la innovación, la eficiencia y el sentido común. Así que, ¡vamos a ampliarlas!


Escrito por Bertrand Piccard en 27 de noviembre de 2024

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