Opinión - 18 de noviembre de 2022

Miedo en la ciudad

Escrito por Bertrand Piccard 4 min lectura

Información

Esta página, publicada originalmente en inglés, se ofrece en español con la ayuda de traductores automáticos. ¿Necesita ayuda? Póngase en contacto con nosotros

Si tenemos en cuenta el aumento de la población mundial y la evolución previsible del éxodo rural que se producirá en los próximos 20 años, ¡se calcula que tendremos que construir una ciudad del tamaño de Manhattan cada cuatro meses!

Este orden de magnitud astronómico corre el riesgo de aniquilar los esfuerzos medioambientales realizados en otros sectores. Esta es una razón adicional para descarbonizar el sector de la construcción, pero también parte de la respuesta que nos ayuda a entender por qué los especialistas en la materia tienen pánico a no saber por dónde empezar.

Como utilizamos las mismas formas de construir una y otra vez, tendemos a olvidar que hay otras formas, que son mucho más eficientes y mucho menos costosas. Entonces podemos optar por lamentarnos y tratar de resistirnos al cambio el mayor tiempo posible o, por el contrario, buscar nuestro interés económico en la novedad y evolucionar.

Consciente de este problema, al comienzo de la segunda semana de la COP 27, mi Fundación Solar Impulse anunció oficialmente la publicación de su Guía de soluciones para las ciudades. Este libro pretende precisamente desvelar el potencial de las zonas urbanas, basándose en estudios de casos tangibles, donde las tecnologías limpias han contribuido a resolver importantes retos. También identifica los obstáculos que dificultan la adopción de soluciones a escala y orienta a los responsables de la toma de decisiones para ayudarles a superar estos obstáculos.

Estas soluciones incluyen, por ejemplo, materiales de construcción más respetuosos con el medio ambiente, como cementos bajos en carbono, paneles aislantes eficientes de base biológica, vidrios antideslumbrantes y termorreguladores para las ventanas, tecnologías de energías renovables que potencian la producción geotérmica, soluciones de valorización de residuos orgánicos o plásticos mezclados, reciclaje de aguas grises o programas informáticos de optimización de la vegetalización urbana, así como medidas de eficiencia energética a menudo olvidadas pero muy eficaces.

Las ciudades son responsables del 75% de las emisiones mundiales de CO2, pero hay que recordar que también generan el 80% del PIB mundial. Ante el cambio climático, su poder de decisión es, por tanto, considerable. Primeras generadoras de actividades económicas, están efectivamente bien situadas para aprovechar todas las oportunidades de la transición ecológica.

¿Se aplica también este razonamiento a los países del hemisferio sur, tan representados en esta "COP africana" de Sharm el Sheikh, cuando sabemos que las ciudades de África y del sudeste asiático emiten anualmente alrededor de 1,5 toneladas de CO2 por habitante, mientras que las ciudades europeas emiten 5 y las de Estados Unidos y Australia 15?

Por lo tanto, podemos entender fácilmente la frustración de las regiones menos desarrolladas a las que se les pide que trabajen, y sin embargo es aquí donde tendrá lugar la mayor parte de la nueva construcción. Construir de la manera antigua e ineficiente sólo empeorará el problema.

Para apreciar adecuadamente la magnitud del reto al que se enfrentan estos países, es esencial tener en cuenta el fuerte aumento de las necesidades de la población y la dependencia entre los distintos sectores. En los últimos diez años, la demanda de energía de los países africanos ha aumentado en un tercio, mientras que la demanda de combustible para el transporte se ha disparado en un 50%.

La respuesta a este dilema debe apelar al sentido común tanto como a la tecnología: lo primero es no repetir los errores cometidos por los países del hemisferio norte, y apostar desde el principio por proyectos modernos, eficientes, rentables y libres de carbono, ya que existen y permiten reducir la factura energética de los habitantes.

Por tanto, es urgente dar a conocer estas soluciones. Al consultar la Guía de Soluciones para las Ciudades, los ministros y otros responsables políticos con los que me reuní me confesaron que no conocían la existencia de estas posibilidades, lo que demuestra la magnitud del trabajo de comunicación que queda por hacer.

Este día tiene un significado especial para mí, porque la COP 27 ha elegido como tema oficial, por primera vez en su historia, el de las soluciones. Todos los actores lo necesitan, y las ciudades incluso más que otras.

Publicado por primera vez en La Tribune

Escrito por Bertrand Piccard en 18 de noviembre de 2022

¿Le gusta este artículo? Compártalo con sus amigos