Opinión - 10 de noviembre de 2022

¡Esta vez, estoy enfadado!

Escrito por Bertrand Piccard 4 min lectura

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Por mucho que las reuniones cara a cara con los Jefes de Estado sean interesantes cuando se les puede mostrar la cantidad de soluciones disponibles para alcanzar los objetivos de la COP, sus discursos son demasiado a menudo vacíos cuando se suceden desde el podio de la primera sesión plenaria formal. Sus palabras han sido copiadas y pegadas durante mucho tiempo.

Este año no ha sido una excepción. Tras el enérgico agradecimiento a los organizadores y el recordatorio de la lista de consecuencias del cambio climático que todo el mundo se sabe de memoria, sigue la misma frase: "¡Debemos actuar ya!". Nos decimos que esto puede ser adecuado como introducción, pero no, es la conclusión y el orador vuelve a su asiento entre educados aplausos.

Lo que necesitamos para que una COP tenga éxito no es seguir diciendo que hay que hacer algo. Por el contrario, hay que explicar lo que hay que hacer y, sobre todo, cómo hacerlo. Desde este punto de vista, el Presidente francés es uno de los pocos que ha sido explícito, con una descripción en profundidad de las acciones concretas. Habló cuatro veces más de los 3 minutos permitidos, pero finalmente hubo algo de sustancia.

El hecho de que esto sea la excepción y no la regla es una tragedia. El gran cartel que había detrás de los oradores decía claramente "Juntos por la aplicación", pero eso no fue lo que escuché.

El mundo se ha dirigido a sabiendas al precipicio climático, de alguna manera convencido de que nos salvaría nuestro propio ingenio. Pero, ¿qué pasa con el hecho de que ya tenemos un gran número de soluciones y somos incapaces de desplegarlas eficazmente a la escala y el ritmo necesarios? Es una constatación escalofriante y condenatoria de nuestra incapacidad, como sociedad, para resolver los problemas.

¿Quieres un ejemplo de lo que está pasando? Hoy la AIE, la agencia internacional de la energía, ha publicado un informe según el cual el número de personas sin acceso a la electricidad aumentará este año por primera vez en décadas. Es francamente increíble; nunca en la historia hemos tenido tantos recursos a nuestra disposición para producir electricidad limpia y de bajo coste y, sin embargo, somos incapaces de hacerlos llegar a la gente que más los necesita. El aumento de los precios de los alimentos y del combustible es en gran parte responsable de esta estadística, debido a la disminución del poder adquisitivo, lo que me hace preguntarme por qué es tan fácil transferir la pobreza y el sufrimiento , pero tan difícil exportar una mejor calidad de vida.

Nuestro fracaso no está en la tecnología, sino en la política. Aquí es donde necesitamos innovación, no sólo en las divisiones de I+D. Hoy mismo, un tuit que he visto decía: "El resultado de la COP27 sería muy diferente si la participación se limitara a las personas que estarán vivas en 2050". Al mundo se le ha agotado la paciencia con sus dirigentes y estos hacen poco por convencer a la gente de lo contrario. ¿No conocen este adagio? "Si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás obteniendo lo que siempre has conseguido".

Publicado por primera vez en La Tribune y en el periódico suizo Le Temps

Escrito por Bertrand Piccard en 10 de noviembre de 2022

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