Entrevistas - 19 de diciembre de 2018
Escrito por Tristan Lebleu
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Hoy en día, decir que las finanzas pueden salvar el mundo provoca, en el mejor de los casos, asombro y, en el peor, enfado. Esta noción es contraintuitiva. Sin embargo, desde hace varios años, las grandes reuniones internacionales sobre el cambio climático en París y el desarrollo sostenible en Nueva York han demostrado que queremos comprometer al planeta en una nueva forma de economía. La pregunta que se planteó fue "¿En qué mundo queremos vivir?". La respuesta fue muy clara: queremos vivir en un mundo más sostenible, donde se reduzcan las desigualdades, donde haya menos pobreza, donde la gente tenga acceso al agua, a la salud... El verdadero problema es que no nos hemos planteado la pregunta esencial de cómo vamos a financiar estos compromisos. Se han hecho cifras muy ambiciosas, en "billones". Pero aún no hemos resuelto la cuestión desde el punto de vista técnico.
Existen varias pistas. Algunas tienen una visión muy brutal para transformar el capitalismo, y creen que hay que hacer la revolución en el primer sentido de la palabra. Ese no es el camino que yo recomendaría. Creo que la economía de mercado sigue siendo una buena herramienta para asignar los recursos, pero debe ser supervisada. La economía de mercado responde principalmente a dos estímulos principales: por un lado, la regulación a la que está sometida. Por otro, las expectativas de los clientes. Así que creo que para tener unas finanzas que sirvan al bien común, tenemos que definir las reglas correctas y animar a los clientes a hacer la elección correcta. Si podemos hacer eso, la economía de mercado irá al lugar correcto.
Mucha gente dice a veces "no hay que desperdiciar una buena crisis". Yo me pregunto si no hemos desperdiciado la crisis financiera de 2008. Ciertamente, hemos conseguido evitar el colapso total del sistema financiero, a diferencia de lo que ocurrió en la década de 1930. Pero no hemos aprovechado este momento para reorientar las finanzas hacia una forma más sostenible, más responsable, más transparente y más sencilla.
Seguimos centrándonos en el corto plazo y no en el largo. Tomemos el ejemplo de la contabilidad. Hoy en día, valora el valor de mercado y, por tanto, en cierto modo, un enfoque liquidativo de las cosas. Los regímenes prudenciales, como Solvencia ii, son también regímenes que protegen la estabilidad financiera a corto plazo. No pensamos en el sistema de forma holística. Si queremos que las finanzas del siglo XXI sean unas finanzas al servicio de los retos a largo plazo, esto debe reflejarse en nuestras normas contables, de información, de auditoría, de calificación, etc. ....
Tenemos que confirmar que las llamadas finanzas "verdes" no son un bolsillo separado del sistema. Tenemos que pasar de un sistema en el que la financiación sostenible es la excepción a un sistema en el que es la norma. Todo el mundo debe integrar gradualmente que cualquier inversión, cualquier herramienta financiera, cualquier práctica financiera, tiene como objetivo la sostenibilidad. Debemos cambiar de paradigma, por tanto, cambiar de mentalidad y cambiar de reglas.
El objetivo de Blue Like An Orange Sustainable Capital es combinar el rendimiento financiero con un impacto positivo y medible. Y hacerlo a cierta escala. No queremos crear un nuevo nicho, sino ofrecer a los inversores institucionales -fondos de pensiones, aseguradoras, fondos soberanos- un producto que les permita cumplir con sus obligaciones fiduciarias. Una de las dificultades de la financiación de impacto es que a menudo se percibe como menos remunerativa. Y esto crea nerviosismo entre los inversores. A través de esta empresa demostramos que es posible tener una rentabilidad financiera importante y al mismo tiempo tener un impacto. Estos dos conceptos no son incompatibles. Al contrario, con el tiempo hemos demostrado que son muy compatibles. Si somos capaces de hacer este cambio, la transición hacia una economía sostenible es probablemente uno de los mercados que ofrece más oportunidades económicas.
Escrito por Tristan Lebleu en 19 de diciembre de 2018