Opinión - 20 de diciembre de 2018

El éxito oculto de la COP24

cop 24

Escrito por Bertrand Piccard 4 min lectura

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¿Fue la COP24 un éxito? ¿Están las decisiones tomadas a la altura del desafío? ¿Han sido los Estados lo suficientemente ambiciosos? Desde hace varios días, todo el mundo analiza en profundidad los resultados de la última COP, celebrada en Polonia. Por mi parte, he pasado casi dos semanas en el corazón de la conferencia sobre el clima para presentar las soluciones rentables, limpias y eficientes que hemos etiquetado a través de la Fundación Solar Impulse, y para reunirme con los responsables de la toma de decisiones de todo el mundo. Lo que he aprendido de este evento es que, en realidad, no fue una sino dos COP las que se celebraron en Katowice del 2 al 14 de diciembre.

Por un lado, la COP oficial, la de las discusiones técnicas entre los negociadores de casi 200 países, que buscan alcanzar un acuerdo global y uniforme sobre procedimientos muy complejos cuyo horizonte parece ser el fin de siglo, cuando ya será demasiado tarde. Estas conversaciones han provocado la reticencia de muchos Estados a la hora de imponer medidas vinculantes para ellos, o de permitir que un tercero inspeccione los resultados de sus acciones. En esta COP los negociadores discuten de la noche a la mañana si el informe del IPCC (el que prevé consecuencias catastróficas si el calentamiento global no se limita a 1,5ºC) es "bienvenido" o "tomado en cuenta". No puedo evitar pensar en el Concilio de Constantinopla debatiendo el sexo de los ángeles en mayo de 1453, aunque la ciudad esté en medio de una invasión otomana. Me parece que estas negociaciones están a menudo desconectadas de la emergencia climática.

Paralelamente, tuvo lugar una COP completamente diferente. Una COP de acción, de convicción y, sobre todo, de ambición. La de las empresas, las ONG y las instituciones, con menos cobertura mediática, pero igual de importante, si no más. Esta conferencia demostró el poder de la acción local y unilateral. Estos actores, tanto privados como públicos, favorecen las acciones concretas con efectos inmediatos, adoptando medidas ambiciosas que no buscan el consenso a nivel mundial, pero cuyo objetivo es actuar con la mayor eficacia y rapidez posible para limitar el calentamiento global. Me refiero a las empresas, las instituciones, las regiones, las ciudades, a veces incluso algunos países, que están mostrando una increíble audacia frente a la inacción de los grandes Estados. He mantenido extensas conversaciones con la Primera Ministra escocesa, Nicola Sturgeon, cuyo plan de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero debería servir de ejemplo al resto del mundo, y con quien hemos anunciado una importante colaboración. Junto a Escocia, muchos otros países y regiones se comprometieron durante la COP24 a apoyar la misión de la Fundación Solar Impulse y a acelerar la transición hacia la energía limpia: Luxemburgo, Quebec y Valonia, en particular. También me reuní con los responsables de grandes empresas, como Ralph Hamers, consejero delegado de ING, que ha unido sus fuerzas a las de BBVA, BNP Paribas, Standard Chartered y Société Générale para alinear sus carteras de préstamos con los objetivos del Acuerdo de París, es decir, retirar sus inversiones en combustibles fósiles. Las organizaciones internacionales también están en primera línea: hemos anunciado el lanzamiento de una colaboración con la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) para promover las energías renovables en África. Ayudaremos al Banco Mundial a seleccionar soluciones en el campo de la CA eficiente. Y ya estamos preparando un evento junto a la CMNUCC el próximo mes de septiembre para reunir a ciudades, inversores y soluciones limpias, eficientes y rentables etiquetadas por la Fundación Solar Impulse.

Una vez más, los políticos corren el riesgo de desacreditarse por tener poca o ninguna visión a largo plazo, demasiado obsesionados con sus plazos electorales. Ahora estoy convencido de que son los actores más locales, más flexibles y de rápida toma de decisiones los que pueden tener un impacto real en la lucha contra el cambio climático. Por último, ¿no sería esta COP una señal de que la sociedad civil, las ONG, los actores privados y las grandes instituciones han asumido por fin el papel que les corresponde? En este sentido, ¡representa un gran éxito -oculto-!

Consulta el vídeo completo de nuestras dos semanas en la COP24:



Texto publicado inicialmente en Linkedin:
https://www.linkedin.com/pulse/hidden-success-cop24-bertrand-piccard/?published=t

Escrito por Bertrand Piccard en 20 de diciembre de 2018

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