Entrevistas - 14 de septiembre de 2018

"La Antártida es la memoria de nuestro planeta", entrevista con Robert Swan

Antártida

Escrito por Tristan Lebleu 3 min lectura

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Usted ha participado en innumerables expediciones a ambos Polos durante los últimos 30 años. ¿Qué le han enseñado estas expediciones?

Personalmente, estas expediciones me han enseñado la importancia de tener sueños y esperanza. Lo que aprendí al convertirme en la primera persona lo suficientemente loca como para caminar a ambos polos es que si realmente tienes un sueño, puedes hacerlo realidad. Al igual que Bertrand Piccard y su sueño de dar la vuelta al mundo en un avión solar, me aferré a mi sueño, aunque pareciera imposible. Puede que tengas que adaptarlo, pero la esencia del sueño es algo a lo que debes aferrarte.

Luego, desde el punto de vista medioambiental, estas expediciones me han hecho ver que hay que escuchar lo que nos dice la naturaleza. Los Polos Norte y Sur son como el canario en la mina (los mineros solían llevar canarios enjaulados mientras trabajaban. Si había metano o monóxido de carbono en la mina, el canario moría antes de que los niveles de gas alcanzaran los peligrosos para los humanos). El deshielo del Ártico y de la Antártida es un indicio muy seguro de que el cambio climático está ocurriendo. Y está ocurriendo rápidamente. En 1987, hace 31 años, caminé hasta el Polo Norte. Hoy, el mismo viaje sería imposible debido al derretimiento del hielo. Estos lugares nos están diciendo que escuchemos, pero por desgracia, no hay suficiente gente que preste atención a este asunto.



¿Cómo empezó todo?

Hace 27 años, después de haber caminado a los Polos Norte y Sur, Jacques Cousteau, el patrón de mi expedición, me encomendó una misión. Me pidió que me dedicara a la preservación de los Polos. Entendía que la explotación y la minería en el Ártico serían imposibles de detener porque tiene dueño. En cambio, el Antártico no es propiedad de nadie, sino que se rige por un Tratado (el Tratado de Madrid), por lo que se puede proteger. Esa moratoria, firmada en 1991 y que designa a la Antártida como "reserva natural, dedicada a la paz y a la ciencia", se volverá a negociar en 2041.

¿Por qué la Antártida es tan importante para usted?

La Antártida es la memoria de nuestro planeta. Cada capa de nieve y hielo puede darnos información muy precisa sobre el cambio climático y las actividades humanas. Sabemos que el cambio climático está ocurriendo. Pero aún no estamos seguros de hasta qué punto lo estamos provocando. Así que no nos fastidien la memoria.

¿Cómo pretende proteger la Antártida?

He creado la Fundación 2041, una organización sin ánimo de lucro con dos objetivos principales.

En primer lugar, nos centramos en la educación. ¿Quiénes votarán cuando se vuelva a negociar el Protocolo de Madrid dentro de 23 años? Los jóvenes de hoy. Así que llevamos equipos de jóvenes en expediciones al Polo Sur, les mostramos lo que ocurre allí y les enseñamos a ser mejores líderes en sus comunidades. Hasta ahora, hemos llevado a más de 4.000 jóvenes líderes de todo el mundo y hemos tratado de inspirarlos para que lo protejan. Espero que dentro de 23 años (en 2041), pueda llamar a estas personas, cuando sean directores generales de grandes empresas u ONG, o líderes políticos, y les diga "¡Es hora de ayudarme a salvar la Antártida!".

En otro nivel, a través de la Fundación 2041, promovemos el uso de tecnologías limpias que pueden ayudarnos a reducir drásticamente nuestro consumo de combustibles fósiles y la emisión de gases de efecto invernadero. Porque si la gente empieza a utilizar estas tecnologías, bajará su coste, y finalmente no tendrá ningún sentido financiero explotar los recursos de la Antártida. Para promover las tecnologías limpias, nos inspiramos mucho en la aventura de Bertrand. Mi hijo Barney y yo queríamos demostrar que las energías renovables pueden utilizarse en cualquier lugar, así que decidimos emprender la primera expedición polar de la historia para sobrevivir únicamente con energías renovables. Con la ayuda de la Nasa, desarrollamos fundidores de hielo solares y tecnologías sorprendentes que nos permitieron caminar 600 millas durante 60 días sin una sola gota de combustible fósil.



¿Cuál será su próxima expedición?

Durante nuestra última expedición con mi hijo Barney, tuve que parar a mitad de camino por razones médicas. Mi cadera se estaba desintegrando. Desde entonces me han operado de la cadera, y a finales de 2019 volveré para terminar las 300 millas para completar el viaje. Pero esta vez, no solo quiero hacerlo con energía renovable, sino que también quiero centrarme en nuevos materiales. Creo que uno de los mayores retos cuando se habla de soluciones limpias, es que la gente no puede tocarlas, no puede sentirlas, no puede usarlas. Suelen pensar que todo es para las grandes empresas. Pero eso no es cierto. Hay un montón de soluciones que la gente puede utilizar en su vida cotidiana. Así que para nuestra expedición de 2019 "Los últimos 300", trabajaré con la Fundación Solar Impulse para conseguir el mayor número de soluciones materiales, como un colchón hecho de CO2, o una tienda de campaña hecha de plástico reciclado, etc.

¿Qué relación tiene con la Solar Impulse Foundation?

Bertrand Piccard me ha encomendado una misión: participar en el reto #1000solutions encontrando tecnologías rompedoras que puedan proteger el medio ambiente a la vez que son económicamente rentables, e identificar a expertos que evalúen estas soluciones.


ASÍ QUE, SI ERES UN EXPERTO O UNA SOLUCIÓN, ¡ÚNETE A LA FUNDACIÓN SOLAR IMPULSE AHORA!

Escrito por Tristan Lebleu en 14 de septiembre de 2018

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