Artículo técnico - 31 de marzo de 2020

El brote de coronavirus (COVID-19) revela la necesidad de adoptar el principio general de sobriedad digital

Escrito por Expert Dr. Bénédicte Deryckere 4 min lectura

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Con casi mil millones de personas confinadas en casa, las tecnologías digitales han demostrado lo fundamentales que son para ayudar a frenar la propagación del COVID-19 e incluso cortar su cadena de transmisión, como se demostró en Singapur. Sin embargo, el reciente llamamiento de la Unión Europea para que se tomen medidas para evitar la congestión de Internet demuestra lo esencial que es el principio de sobriedad digital para las empresas y la sociedad.

La pandemia ha trastornado vidas y economías en todo el planeta, limitando los desplazamientos, cerrando escuelas y obligando a la gente a trabajar desde casa. Afortunadamente, las tecnologías digitales permiten a los estudiantes de todas las edades seguir conectados con su escuela o universidad y beneficiarse de la enseñanza en línea. También permiten a los profesionales en activo seguir contribuyendo a la economía a través de sus actividades a distancia. Sin embargo, al mismo tiempo, Internet se ha convertido en una importante fuente de información y entretenimiento para las personas que buscan mantener sus conexiones sociales, que están en apuros o que simplemente se aburren.

En consecuencia, el tráfico de Internet se ha disparado en las últimas semanas, poniendo a la red en tensión, creando cuellos de botella y provocando interrupciones de las conexiones. De hecho, no es de extrañar que cuando millones de personas más intercambian en WhatsApp, se desplazan por TikTok, inician una llamada de Zoom, juegan a Fortnite o transmiten vídeos en directo desde Netflix, las repercusiones en la calidad de las conexiones a Internet se dejen sentir.

El 18 de marzo de 2020, el jefe de la industria de la UE, Thierry Breton, instó a las plataformas de streaming de vídeo, como Netflix y YouTube, a tomar medidas como cambiar a la definición estándar en lugar de a la alta definición, para evitar que se sobrecargue la infraestructura de Internet en un momento en que se necesita para usos más cruciales. "Las plataformas de streaming, los operadores de telecomunicaciones y los usuarios, todos tenemos la responsabilidad conjunta de tomar medidas para garantizar el buen funcionamiento de Internet durante la batalla contra la propagación del virus", dijo Breton.

Lo que la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 revela también es la necesidad de que las empresas y la sociedad adopten un principio general de sobriedad en lo que respecta a la transición digital. El término "sobriedad digital" fue acuñado en 2019 por un grupo de reflexión con sede en París llamado "The Shift Project". Preocupados por el impacto medioambiental negativo de las tecnologías digitales y de su creciente uso en nuestro esfuerzo colectivo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, encargaron a 12 expertos en energía y clima que analizaran la huella medioambiental de las tecnologías digitales. En marzo de 2019 se publicó el informe "Lean ICT - Towards Digital Sobriety", en el que se destaca lo siguiente:

  • En la actualidad, las tecnologías digitales emiten el 4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), más que la aviación civil;

  • El uso de las tecnologías digitales representa el 55% de su consumo energético, frente al 45% de la producción de equipos (servidores, red, terminales);

  • El vídeo en línea genera por sí solo el 60% del flujo mundial de datos y, por tanto, más de 300 millones de toneladas de CO2 al año, tanto como las emisiones totales de España,

  • El consumo de energía de todo el sector aumenta un 9% al año.

Para que la transición digital sea compatible con los imperativos climáticos y sociales, así como con las limitaciones de disponibilidad de recursos, la principal recomendación del Proyecto Shift es adoptar el principio de sobriedad digital, que implica priorizar la asignación de recursos en función de los usos, para ajustarse a los límites físicos del planeta, preservando al mismo tiempo las aportaciones sociales más valiosas de las tecnologías digitales.

La transición digital ocupa más que nunca un lugar prioritario en la agenda de gobiernos, instituciones, ciudades y empresas de todo el mundo. Los dispositivos e interfaces digitales están pasando a formar parte de todos los aspectos de nuestra vida social. Esta transición trae consigo innumerables oportunidades para mejorar nuestro bienestar, desde la asistencia sanitaria hasta la educación y el medio ambiente. Esto se ejemplifica en Singapur, donde el teléfono inteligente de todo el mundo, combinado con la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos, ayuda a rastrear la propagación del virus y a frenar la cadena de transmisión, permitiendo que la gente siga trabajando y los niños vayan a la escuela.

La materialidad de las tecnologías digitales

Sin embargo, las tecnologías digitales tienen una realidad material, ya que dependen de dispositivos electrónicos, producen flujos de datos y manejan enormes volúmenes de datos de todo tipo. Esta materialidad tiene importantes impactos ambientales, tanto directos como indirectos. Se prevé que el consumo de energía requerido por las tecnologías digitales aumente un 9% al año y las lecciones que hoy aprendemos de Asia y su gestión de la crisis de COVID-19 no cambiarán esta tendencia.

Establecer prioridades será fundamental en nuestro mundo de recursos brutos finitos. Es necesario cuestionar la pertinencia de cómo utilizamos las tecnologías digitales, lo que incluye el vídeo en línea, las redes sociales o cualquier otro uso de las tecnologías digitales. El reto es evitar que un uso considerado esencial se vea perjudicado por el consumo excesivo de otro uso considerado menos esencial.

Nuestra responsabilidad colectiva de utilizar las tecnologías digitales para el propósito correcto y con sobriedad seguirá más que nunca comprometida después de la crisis de COVID-19.



Sobre la autora

La Dra. Bénédicte Deryckere es experta en consumo y producción responsables. Forma parte de la Alianza Mundial para las Soluciones Eficientes desde marzo de 2019.


Este artículo fue publicado originalmente por Your Public Value, una ONG con sede en Berlín que tiene como objetivo utilizar los principios del valor público para co-crear soluciones empresariales a los desafíos sociales y ambientales


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Escrito por Expert Dr. Bénédicte Deryckere en 31 de marzo de 2020

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