Noticias - 5 de abril de 2023

Aislar para construir mejor

- Foto de Soprema

Escrito por Bertrand Piccard 2 min lectura

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Hace poco vi unos tuits de Laurence Tubiana, Presidenta de la Fundación Europea del Clima, en los que denunciaba el retraso de Francia en materia de eficiencia energética. Un tema que, como empiezas a saber, me toca especialmente de cerca. En ella dice dos cosas que llaman la atención.

En primer lugar, que el objetivo de eficiencia energética propuesto por Bruselas permitiría ahorrar unos 21.000 millones de euros en la factura energética de los hogares franceses en 2030. Luego, cita una estadística sorprendente: Francia tiene 7,2 millones de hogares en la categoría de "defectos térmicos", en su mayoría ocupados por familias con bajos ingresos.



El mismo día, el Complément d'Enquête de la cadena de televisión francesa France 2 revelaba que solo 13.400 viviendas habían sido renovadas en 2022. Siempre recuerdo en mis discursos que la lucha contra el cambio climático es la oportunidad económica del siglo. No es ser cínico decir esto, es simplemente jugar con uno de los medios más eficaces para hacer que las cosas vayan en la buena dirección. Y en este caso, es aún más obvio que la renovación ofrece un retorno de la inversión único, ¡especialmente para aquellas familias con rentas bajas! Las soluciones que protegen el medio ambiente gracias a una mayor eficiencia aumentan el poder adquisitivo de los ciudadanos. ¿Qué decir entonces cuando la propia solución, además de proteger el medio ambiente durante su uso, procede del reciclado o se basa en componentes naturales?



Este es el caso de Pavatex y Univercell, dos gamas de productos de aislamiento térmico y acústico de Soprema. Estas dos familias de materiales se basan en la fibra de madera, la primera, y en el papel reciclado (guata de celulosa), la segunda. Como el papel reciclado es cada vez más escaso debido a la caída de las ventas de periódicos, Soprema ha conseguido valorizar los residuos de glassine. La glassine es el papel soporte de las etiquetas autoadhesivas que se utilizan, por ejemplo, en las botellas de vino. Puede parecer trivial, pero en Francia se producen cada año más de 50.000 toneladas de glassine, el 95% de las cuales acaba incinerándose. Soprema ofrece un nuevo aislamiento de alto rendimiento basado en estos residuos, que pueden reciclarse de nuevo tras su uso. De este modo, un residuo contaminante y costoso se recicla convirtiéndose en un nuevo aislante térmico y acústico y en una herramienta para mejorar el rendimiento energético de los edificios. Es un ejemplo perfecto de economía circular y, sobre todo, de la ecología lógica y realista por la que abogo.

Está claro que la acción por el clima es también acción social. El debate sobre los defectos térmicos y la renovación, como pudimos comprobar de nuevo en el Salón de la Agricultura de París, es motivo de gran preocupación e injusticia. Hay incomprensión ante la inacción, a pesar de que todas estas soluciones, como las de Soprema, están ahí para poner en marcha este ambicioso plan de "bajo consumo" en el sector de la construcción antes de 2050. Sólo con soluciones accesibles, pero también con decisiones políticas coherentes, Francia y otros países podrán alcanzar este objetivo. Tienen todas las de ganar. Y que perder si no lo hacen.

Escrito por Bertrand Piccard en 5 de abril de 2023

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