Quiénes somos:
Somos una empresa privada que lleva cuatro generaciones en el negocio del algodón. Nuestra desmotadora fue una de las primeras en establecerse en Kenia, allá por 1935. Por lo tanto, tenemos mucha experiencia en todos los aspectos del negocio del algodón y nos esforzamos por establecer relaciones sólidas a largo plazo, en beneficio mutuo de todos nuestros socios.
Conseguimos superar los retos a los que se enfrenta el sector algodonero de Kenia gracias a modelos de negocio innovadores y, sobre todo, a nuestra determinación y pasión por hacer crecer este sector y mejorar nuestras comunidades agrícolas.
Nuestro modelo de negocio:
Nuestro negocio abarca tres áreas principales.
La primera es la agricultura por contrato, que consiste en contratar a agricultores de los condados de Kitui, Meru y Lamu para que cultiven algodón para nosotros. Estos agricultores se organizan en grupos más pequeños, que dependen de una cooperativa de agricultores más grande.
Les proporcionamos insumos, como semillas y pesticidas, en forma de préstamo, que recuperamos cuando nos traen el algodón para vender. Les compramos el algodón contra reembolso para motivarles a cultivar más. Actualmente trabajamos con unos 7.000 pequeños agricultores.
La segunda vertiente de nuestro negocio es la transformación, en la que desmotamos el algodón y separamos la fibra de la semilla. Además, refinamos esta fibra y la comprimimos en balas de 190 kg, que se venden a hilanderos locales y se exportan a India y Bangladesh. La fibra (pelusa) se convierte en hilo y luego en textiles. La semilla se tritura en nuestra almazara, para obtener aceite y torta de semilla de algodón. Convertimos el aceite de algodón en biodiésel para uso propio y para abastecer a la oficina de la ONU en Nairobi, a varios alojamientos ecológicos y a nuestro proyecto Power Africa. La torta de semilla de algodón se vende como pienso y es un componente vital en la industria láctea y avícola.
El tercer aspecto de nuestro negocio es el comercio. Nos abastecemos de pelusa de Tanzania y Uganda para suministrarla a nuestros clientes. También adquirimos otros productos agrícolas, como gramos verdes, guisantes de vaca, guandules y mangos de nuestras redes de agricultores, y los exportamos.
Empleamos a 15 trabajadores a tiempo completo en nuestra planta y a 75 trabajadores eventuales en la fábrica, por lo que somos una importante fuente de empleo en el condado de Kitui.
Principales logros:
Establecimiento de una sólida red de agricultores por contrato tras la quiebra de la Junta Algodonera de Kenia a principios de los años 90, que provocó el colapso de la industria algodonera en Kenia. La creación de estas redes ha garantizado una materia prima adecuada.
Formular nuestro propio biocombustible - Nuestra fábrica funciona con un gran motor diésel. Cuando los precios del petróleo alcanzaron su punto máximo entre 2008 y 2011, nuestros costes de funcionamiento aumentaron y la rentabilidad se redujo drásticamente. Para paliarlo, empezamos a investigar para producir biodiésel a partir del aceite de nuestras semillas de algodón. Tras dos años de pruebas y ensayos, nuestro equipo consiguió dar con una variedad de diésel apta no solo para hacer funcionar la fábrica, sino también toda nuestra flota de vehículos. Esto nos ha permitido controlar nuestros costes energéticos y ser totalmente "verdes".
Después de ser pioneros en el proceso de producción de biodiésel, nos pusimos manos a la obra para montar una planta de producción de biodiésel a gran escala. Actualmente abastecemos a la Oficina de las Naciones Unidas en Nairobi y a varios alojamientos de ecoturismo. También participamos en un proyecto con Power Africa, a través del USADF (Fondo para el Desarrollo de África de Estados Unidos), con el que pretendemos suministrar energía sin conexión a la red a 1.000 hogares del condado de Kitui, mediante el uso de generadores de biodiésel y bombas de agua. La idea es mejorar la productividad de la población local a través de la mejora de la agricultura o de pequeños negocios comerciales (como peluquerías y fabricación de metales) que pueden llevarse a cabo en zonas sin conexión a la red, mediante el uso de un combustible respetuoso con el medio ambiente.