Miembro - Advanced Microturbines

Las redes inteligentes de gas y agua dependen de los equipos de vigilancia y control instalados en las tuberías. Sin embargo, el principal obstáculo para estos sistemas inteligentes es su dependencia de un suministro eléctrico continuo y fiable, que es un problema central para las redes de gasoductos sin conexión a la red. Nuestra empresa diseña y produce una novedosa Microturbina patentada, miniaturizada e integrada del tamaño de un milímetro, diseñada para ser introducida en las tuberías de distribución de gas y agua, aprovechando las caídas de presión gas/agua y el flujo gas/agua existentes en el sistema para generar electricidad en contextos sin conexión a la red (por ejemplo, zonas remotas) de forma fiable. Las microturbinas se desarrollan en dos tamaños, para atender diferentes necesidades energéticas: 30 W y 150 W Esta electricidad puede utilizarse - para alimentar localmente equipos para la monitorización en tiempo real de tuberías, como unidades terminales remotas, transmisores de presión, dispositivos de medición, convertidores de flujo, dispositivos IoT e instrumentación de campo; - para alimentar localmente actuadores de control, como motores de válvulas reductoras de presión, permitiendo así el control activo de la presión de la red en tiempo real, o la supervisión de la calidad del agua. Por lo tanto, nuestras microturbinas permiten tecnologías IoT inteligentes, lo que resulta en una gestión energéticamente más eficiente de estas tuberías con una mayor fiabilidad, y reduce los costes operativos. En particular, permite la monitorización en tiempo real y la gestión activa de la presión de la red. La comunicación inalámbrica en tiempo real (cada 2-3 minutos) con los centros de control no es viable con una fuente de alimentación basada únicamente en baterías, debido a las elevadas demandas de energía que no son soportables únicamente por la batería, lo que limita la comunicación inalámbrica a una conexión cada 24 horas. La gran cantidad de datos generados abre aplicaciones y nuevos mercados a la hora de proporcionar control y supervisión en lugares cada vez más aislados y remotos. En el caso de las redes de gas, la gestión activa de la presión permite trabajar a baja presión, lo que no sólo supone un ahorro de energía, sino que también contribuye a reducir el calentamiento global mediante la reducción de las fugas de gas, que tienen un gran impacto en el efecto invernadero (el metano tiene un impacto 84 veces mayor que el CO2 en el calentamiento global). En el caso de las redes de agua, la gestión eficiente del agua reduce el agua no facturada (NRW), es decir, el agua suministrada a la red pero no facturada, ahorra energía, reduce los costes de reparación y mantenimiento, reduce la responsabilidad pública y la publicidad perjudicial; esto se traduce en el aplazamiento de las renovaciones de las infraestructuras y en la prolongación de la vida útil de la red y de las conexiones de servicio, en menos problemas en las conexiones de servicio de los clientes y en los sistemas de fontanería, todo lo cual se traduce en menos reclamaciones de los clientes.