Noticias - 5 de julio de 2025

Convertir la conservación de los océanos en una ganancia económica

Escrito por Bertrand Piccard

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LAUSANA - En 1960, mi padre, Jacques Piccard, llegó al fondo de la Fosa de las Marianas, a casi 11.000 metros bajo el nivel del mar. Su misión no era aparecer en los titulares, sino desmentir un peligroso error. Algunos expertos habían afirmado que la vida no podía sobrevivir en la aplastante oscuridad de las profundidades oceánicas, y esa suposición había dado lugar a propuestas para utilizar las profundidades marinas como vertedero de residuos nucleares. Pero mi padre y su equipo encontraron peces vivos, un descubrimiento que evitó un error potencialmente catastrófico.

La misión de mi padre subraya lo que la exploración siempre ha significado para mi familia. No se trata de conquistar y dominar, sino de curiosidad y comprensión. Estudiar la naturaleza no sólo amplía las fronteras de nuestro conocimiento, sino también el alcance de nuestra responsabilidad como administradores del planeta.

Hoy, el océano está más amenazado que nunca, y no sólo porque Estados Unidos acabe de sentar las bases para que empresas privadas se dediquen a la explotación minera de los fondos marinos en aguas internacionales. A pesar de décadas de advertencias, la humanidad sigue tratando el océano como un recurso inagotable y un vertedero sin fondo. Lo asfixiamos con plásticos, lo calentamos con emisiones, lo envenenamos con productos químicos y lo agotamos con la sobrepesca. Pero el mayor peligro es más sutil: Al igual que ocurría en 1960, existe un abismo entre lo que sabemos y lo que hacemos.

Mientras hablamos de tratados vinculantes y objetivos ambiciosos, nuestras acciones siguen siendo fragmentarias e insuficientes. Incluso cuando la degradación de los océanos se acelera, los gobiernos suelen refugiarse tras la complejidad de la creación de un consenso mundial, utilizándola como excusa para la inacción. Como consecuencia, los buques pesqueros que realizan prácticas ilegales, como la destructiva pesca de arrastre de fondo en zonas marinas protegidas, siguen teniendo permiso para vender sus capturas libremente en puertos y mercados. Aunque existen normas, su aplicación es débil, esporádica o inexistente.

Pero no podemos permitirnos esperar a la aplicación perfecta de tratados perfectos. Tampoco debemos utilizar el fracaso de otros en abordar el problema como excusa para nuestra propia inacción. Al fin y al cabo, ya conocemos las soluciones y tenemos las herramientas para aplicarlas. Lo que falta es voluntad.

En la Solar Impulse Foundation hemos identificado más de 1.800 estrategias y herramientas limpias y rentables que concilian el crecimiento económico con la preservación del medio ambiente. Muchas se centran en reforzar las prácticas regenerativas y sostenibles de la economía azul, desde tecnologías que rastrean la pesca ilegal y vigilan los movimientos de los buques desde el espacio hasta innovaciones en el transporte marítimo con bajas emisiones de carbono, la prevención de residuos plásticos y la acuicultura regenerativa.

Nuestra reciente Guía de Oportunidades Oceánicas, que describe la innovación centrada en los océanos, muestra la amplitud y madurez de estas soluciones. No se trata de modelos teóricos, sino de herramientas reales que ya se están aplicando en todo el mundo: desde hormigón biomejorador que favorece la vida marina hasta alternativas al plástico de un solo uso basadas en algas y plataformas de trazabilidad que eliminan el lavado verde en las cadenas de valor de los productos del mar. Detrás de ellas hay un ecosistema creciente de empresarios, científicos e ingenieros.

Del mismo modo, están surgiendo nuevos mecanismos financieros para salvar la distancia entre innovación y escala. Las estructuras de financiación combinada, los pagos basados en resultados y los vehículos de reducción de riesgos están empezando a desbloquear capital para soluciones basadas en la naturaleza y la acuicultura sostenible, especialmente en economías costeras vulnerables. Estos avances demuestran que las diversas partes interesadas, cuando se alinean, pueden construir un ecosistema de innovación capaz de resolver uno de los retos más complejos del mundo.

Las soluciones que destacamos son probadas, escalables y económicamente sólidas. No sólo protegen los ecosistemas, sino que crean empleo, estimulan nuevos mercados y reducen el riesgo operativo a largo plazo. La innovación limpia en la economía oceánica ya está generando ventajas competitivas para empresas y países con visión de futuro. Los instrumentos financieros que reducen el riesgo de las inversiones basadas en la naturaleza están ayudando a estabilizar las economías costeras y a ampliar el acceso a nuevas formas de capital. Y las soluciones de la economía circular, como los envases a base de algas y las infraestructuras respetuosas con la vida marina, no solo reducen los daños medioambientales, sino que también disminuyen los costes de los materiales y refuerzan la transparencia de la cadena de suministro.

En resumen, la conservación de los océanos se está convirtiendo en un motor de renovación industrial y resiliencia geopolítica. Como estrategia de desarrollo económico, está preparada para el futuro y es integradora, y atrae por igual a inversores, empresarios y responsables políticos. Pero para liberar este potencial, debemos cambiar la narrativa. La sostenibilidad no es sinónimo de sacrificio, sino de modernización, innovación y eficiencia.

Lejos de ser una limitación medioambiental, la conservación de los océanos es un catalizador de una economía mundial más dinámica y resistente. Como tal, debe ser reconocida como la nueva frontera de la exploración. Nuestra tarea no consiste en descubrir profundidades inexploradas, sino sistemas mejores. Al igual que los empresarios que aparecen en la Guía de Oportunidades Oceánicas, todos deberíamos cuestionarnos lo que hemos construido y plantearnos cómo mejorarlo. El espíritu de exploración debe guiarnos hacia la regeneración, no hacia la explotación. Debe inspirarnos para dejar de esperar a otros y empezar a demostrar el liderazgo que exige este momento.

Publicado por primera vez por Project Syndicate.

Escrito por Bertrand Piccard en 5 de julio de 2025

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