Noticias - 1 de diciembre de 2025

Mi COP

Escrito por Bertrand Piccard

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Después de 30 ediciones, la COP de Belém ilustra a la perfección la definición de locura de Einstein: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes. En un soplo de agotamiento, esta reunión mundial se escudó en falsos éxitos para enmascarar un verdadero fracaso. Pretende tranquilizar hablando de un acuerdo que garantiza más dinero para la adaptación y un marco más transparente para el seguimiento de los supuestos avances, cuando en realidad no hay ningún compromiso real contra la deforestación y sigue sin haber valor para abandonar los combustibles fósiles.

Ya en Glasgow, el presidente de la COP 26, entre lágrimas, había aceptado cambios de última hora que arruinaron sus ambiciones. Esta vez, se repitió la misma historia. La última noche, la Unión Europea estaba dispuesta a bloquear una declaración final que consideraba insignificante. La noche no aportó sabiduría y acabó uniéndose al bando de los contaminadores, sin duda para evitar un fracaso simbólico del proceso multilateral. Por mi parte, habría preferido que aceptáramos por fin el fracaso e identificáramos a los responsables. Que experimentáramos una conmoción que reajustara los objetivos de futuras conferencias.

Así que hoy cierro los ojos e imagino mi propia COP.

Mi COP trata de la modernización:

La descarbonización, asociada al decrecimiento, la regresión y el sacrificio, sigue siendo un objetivo que asusta a los participantes, a pesar de que el CO2 no es la causa del problema: es el síntoma de un mundo arcaico en su derroche de recursos y energía, obsoleto en sus infraestructuras y anticuado en su enfoque de la construcción y la gestión de residuos. ¿Quién podría estar en contra de la modernización? La descarbonización sería una consecuencia lógica de la modernización.

Mi CP trata de la eficiencia:

Haría de la eficiencia un lenguaje común. Ni ideología ni acusación. Mejor gestión de la energía, el agua, los materiales y las infraestructuras = menos costes, menos pérdidas, menos dependencia, más beneficios. Un terreno neutral donde los adversarios geopolíticos puedan cooperar en una diplomacia del sentido común, incluso cuando todo lo demás esté en punto muerto.

Mi CP trata de soluciones:

Pondríamos sobre la mesa miles de soluciones limpias y rentables ya disponibles, sector por sector. Tecnologías y modelos económicos que crean valor protegiendo en lugar de destruyendo. Las delegaciones no se irían con promesas, sino con planes, herramientas y soluciones por desplegar.

Mi COP tiene que ver con el ámbito local:

Las ciudades innovan, se modernizan y resuelven problemas a una velocidad que los gobiernos nunca podrán igualar. En Belém, estuvieron presentes, pero sin influencia real en las decisiones. En mi COP, serían impulsoras clave, capaces de poner en común sus soluciones y acelerar su despliegue a escala mundial. En la vanguardia de la innovación climática, dando ejemplo, guiarían a otros en su estela.

Mi COP trata de la calidad:

Medimos las toneladas de CO₂ como contamos los latidos de un corazón enfermo. Pero, ¿quién mide el rendimiento de una red eléctrica? ¿El de un edificio por fin energéticamente eficiente o el de unas rutas de transporte optimizadas? Tenemos que pasar del "siempre más" al "siempre mejor".

Mi CP encarna el cambio:

Una CP que ilustre el hecho de que el tren ya está en marcha y nos dé ganas de avanzar. La inversión en energías limpias se ha duplicado desde 2020, y el coste de la energía solar y las baterías se ha desplomado un 80% en diez años. En Europa, el mercado de las tecnologías limpias crece un 12% al año y ya emplea a 1,8 millones de personas. Esto ya no es un futuro posible: es un presente que avanza, irresistible y rentable.

Mi COP no requiere consenso:

Ya no permite que un puñado de países bloquee la marcha del progreso; cuando la unanimidad es imposible, la mayoría debe ser capaz de avanzar, a través de coaliciones que arrastren a los demás con ellos mediante la evidencia y no la coacción. Una COP en la que la acción ya no dependa del veto de los más reticentes, sino del impulso de los más valientes.

Porque una COP útil no es la que hace aguas, sino la que se atreve a pasar a la acción.

Publicado primero por Le Temps, EFE Verde, La Repubblica, La Tribune y Forum Nachaltig.

Escrito por Bertrand Piccard en 1 de diciembre de 2025

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